Mascarillas

SON EL COSMÉTICO QUE OFRECE RESULTADOS VISIBLES DESDE SU PRIMERA APLICACIÓN

Las mascarillas son un producto cosmético que se emplean para complementar de forma sencilla el ritual de belleza diario, tanto de facial como de corporal.

Para que sus beneficios sean realmente efectivos hay que buscar la que más se adecue a cada necesidad. Pero entre todas las mascarillas posibles, adoramos las que son osmóticas, no necesitan retirar, son versátiles porque da igual lo que necesites tratar: siempre vas a encontrar la fórmula adecuada; supereficaces porque ves los resultados en cuanto pasan diez o quince minutos; y super prácticas porque te las puedes llevar a todas partes.

¿Más argumentos?

Uno muy poderoso: hay una forma de aplicación según tu objetivo a conseguir.

¿Para qué sirven las mascarillas?

Para hidratar, nutrir o iluminar la piel. Estos efectos actúan tanto en pieles sensibles, como en pieles secas y deshidratadas, o mixtas-grasas.
Las mascarillas sirven para intensificar una acción específica sea de limpieza o de nutrición, luminosidad o energía y lo más importante es que éstas aportan un efecto inmediato. .

¿Cuándo usarlas?

Se trata de un tratamiento que no necesariamente ha de hacerse cada día, sino bajo demanda de la piel, dependiendo del clima, las actividades que hacemos ese día, etc.

Es recomendable aplicar una mascarilla por lo menos una vez a la semana para cubrir las necesidades que tiene la piel. Se pueden usar a cualquier hora pero recuerda que si la utilizas en el día es preferible siempre usar protector solar después de su uso. Recomendamos usarlas por las noches ya que está comprobado que la piel se regenera tres veces más durante la noche que en el día.

Necesitas un efecto WOW en tu piel y borrar tus signos de cansancio

Extiende una capa ligera y sobre el rostro de mascarilla LIFTING MASK y, sobre ella, aplica, BRUMA Floral MIST THAI, elaborada con flor de loto y pétalos de malva.

Déjala actuar diez o quince minutos, retirala con agua embotellada y continua con tu ritual de belleza. Es una forma de aplicación SOS en toda regla que devuelve el brillo a la mirada y la energía a la piel más apagada, pero a la vez hidrata la piel de inmediato, aportándole un aspecto elástico y luminoso atenuando las líneas de expresión.

Un plan B, para el cuerpo.

Su piel cubierta es la primera en traicionarnos, así que una mascarilla para esta zona siempre viene bien cuando tenemos que descubrirnos. Esta mascarilla se ajusta al cuerpo como una segunda piel, dejándola actuar como si de una crema se tratara. Su efecto renovador, hará que te sorprendas del cambio.